Querida Familia: El pasado miércoles 21 de agosto tuve la oportunidad de deciros adiós, de concluir las 7 semanas en la Comunidad Terapéutica (CT) de Huétor Santillán (Granada). Y, al decir adiós, los sentimientos se hicieron presentes en mí permitiéndome intuir la importancia de lo vivido. No me siento capaz –al menos todavía- de contaros esta experiencia con la claridad y unidad de quien cuenta una historia, con el orden temporal de una narración. Creo, por el contrario, que podré salvar esta dificultad ofreciéndoos algunas palabras desordenadas que –a modo de ráfaga- transmitan algo de lo que en estos días me ha afectado. En primer lugar, la acogida de los usuarios de la CT me hizo fácil arrancar. Encontrar mi nombre el último de la lista me ayudó a colocarme como aprendiz, como alumno de personas que no están “tocadas de muerte ” , sino tocadas de vida : tocadas en el corazón, tocadas por situaciones difíciles que han decidido mirar de frente, con tanta vale...
Un espacio de reflexión que incluye opiniones, pensamientos, reflexiones, certezas y creencias que no tienen por qué ser ciertas, pero que son mías. Soy misionero. Soy cura. Intento creer...