La cerrazón nubla la capacidad crítica, enjuicia a base de
prejuicios, evita toda forma de escucha y, por tanto, elimina la
posibilidad de entendimiento y de diálogo. A menudo, se alimenta de la
inseguridad y el miedo, y lleva a minusvalorar a quien no se comprende.
La cerrazón vive entre nosotros, ¡y en nosotros! Se expresa en tertulias y debates, en bares y en columnas de periódico, en FB, en Twitter, y en blogs de todo signo y color...
¿Sus beneficios? La protección que da un grupo y la seguridad que ofrece tener bien delimitados los enemigos...
¿Sus consecuencias? Entre malas y terribles...
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