Recuerdo con qué esfuerzo mis dedos
aprendían a atar los cordones
de los zapatos, y la ilusión
de tener unos zapatos nuevos,
y la novedad que supuso recorrer,
por vez primera, el camino a la panadería;
Y recuerdo que no fue pan rallado
lo que compré, sino queso,
y me recuerdo deshaciendo
el camino andado.
Zapatos, caminos, años.
Recuerdo caminar apresurado a casa,
en busca de un par de zapatos
con los que jugar al fútbol,
fútbol que jugué tantos años.
Correr, buscar, olvidar.
Recuerdo los caminos ocultos
de quienes hace ya años
gastaron sus zapatos corriendo
en busca de los olvidados
que morían sin compañía.
Gastar, acompañar, morir.
Recuerdo a hombres y mujeres,
amigas, hermanos;
a quienes se les gastó la vida
y murieron,
y se fueron,
y siguen,
de otra forma,
acompañándonos.
Seguir, vivir, irse.
Y vivir es seguir yendo,
seguir gastando zapatos,
jugando al fútbol,
corriendo en busca de los olvidados,
emprendiendo caminos.
Y vivir es combatir, recordando,
el silencio de la muerte.
Y vivir es caminar,
esperar,
sonreír.
De qué nos sirve ganarlo casi todo...
...si casi nada de lo bello
se alcanza con grandes victorias.
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?
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