Desde niño he peleado por ganar,
por quedar encima,
por ser más haciendo al otro menos,
por escuchar: "tienes toda la razón"
Hoy lo escuché,
pero no sentí alegría, sino
lástima por mi orgullo,
lástima por mi orgullo,
dolor por mi víctima
y deseos de humildad.
Me acuerdo ahora de haber escuchado... "aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy."
Texto, 1 Cor 13;
Imagen, "The Humble Trapper", de Todd Bonita
Si hubiera más humildad y menos prepotencia en esta sociedad estaríamos mucho mejor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este escrito Martin, lo comparto.
Un abrazo