El amor es bello, pero no siempre es ligero.
El amor pesa cuando viene en forma de muerte compartida, cuando se acerca de repente como culpa ajena que hemos de callar, cuando nos acompaña en la rudeza cotidiana o cuando nos invita a mirar con frescura a quien conocemos en todas sus faltas.
El amor pesa a veces, y a veces pesa mucho el amor. A veces le quitamos letras al amor para que no pese tanto, y entonces el amor no habla de amor, sino de amos y esclavos, y ya no es amor el amor. Pero otras veces el amor es amor, con todas sus letras, aunque pese.
Y es que el amor no siempre es ligero, pero es bello el amor...
...cuando es amor.
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