La vida y el dolor
endurecen el rostro,
transforman la mirada
y ablandan el corazón.
La vida y el final
quiebran con hielo,
llenan de sed
y abrasan a fuego.
La vida y la esperanza,
mellizas y distantes,
corren al compartir, contagiosas
como una pandemia.
La vida y la muerte,
tan lo mismo
y tan extrañas,
tan de todos
y tan nuestras.
La vida y el amor,
todo lo que tenemos,
todo lo que nos queda,
todo lo que de verdad existe.
Tu vida y tu dolor,
tu corazón y tu rostro,
tu frío y tu fuego,
tu esperanza, tu muerte.
Tu vida y tu amor,
todo lo que tenemos,
todo lo que nos dejas,
todo lo que nos diste.
Amén. Gracias!
ResponderEliminarLidia.
te vi escribiendo serenamente en la capilla de los novicios, a las 17 horas del día 24 de enero...buen trabajo!
ResponderEliminarToda la vida tiene algo de lucha de contrarios: vida y muerte, dolor y risa, separación y unión... y, en medio, casi siempre, la amistad. Y una cervecita. Un abrazo, compañero.
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