He visto ancianos perder la cabeza, y me he planteado cómo será mi rostro.
He escuchado a locos dialogar, y he tenido envidia por su falta de reservas, máscaras y escudos.
He notado cómo contaban secretos, y me ha dolido quedar al margen.
Me han mostrado su común desacuerdo, y éste me ha intimidado.
Un pobre extranjero me ha mirado a los ojos, me ha preguntado dónde he nacido, y me he avergonzado.
Me han llamado sensato y he deseado soltar esa carga.
Me he sentido libre al dar un paso más allá de los límites impuestos,
y he aceptado encontrarme con barreras que nadie me imponía,
pero que estaban.
He querido ganar, y he perdido.
Si he ganado, he descubierto que no era para tanto.
He gozado en soledad del éxito.
He compartido el peso de la derrota.
Cuando he poseído el número ganador, he quedado fuera de la partida.
Me lo he jugado todo a una carta y, al perder, Otro me ha dado nuevas fichas.
He odiado. He reído. He llorado.
Pero nunca me habían pedido perdón con tanta sinceridad que me diera vergüenza tener que decir nada.
He pasado vivo ya unos años, y hoy he aprendido algo importante.
Me gustó mucho. De todo se aprende, y cuando crees que ya lo tienes todo aprendido... la vida te sorprende. Un abrazo Martin
ResponderEliminarPrecioso y muy emotivo esto que has escrito Martín.
ResponderEliminarSiempre me admira la capacidad que tienen las personas de transmitir sus sentimientos con palaras y que lleguen adentro de uno.
Me ha gustado mucho, gracias por compartirlo.
Un abrazo
Genial martín!
ResponderEliminarLa vida es como un exámen para el que no has estudiado, te crees que lo sabes todo hasta que te corrigen jeje ;)
PD: GRACIAS por compartirlo!