Miedo es soltar. Nacer, separarse,
crecer, distinguirse. Miedo es la cadena, la invitación a romperla y la excusa
para no hacerlo. Es comilón y borracho: se come mi libertad
y se bebe mi vida.
Miedo es el dictador de nuestro tiempo, quizá lo
fue de todo tiempo. Quiere dominar, controlar, poseer... Y somete mi
voluntad para hacerme su mano derecha, y su izquierda. Un dictador que
mueve los hilos con mano invisible, con mis manos.
Miedo es la desconfianza junto con lo otro, es la sombra de la tristeza, el fruto de la desesperanza, la muerte desde este lado.
El miedo lo es todo cuando es él quien escribe.
El miedo no es más que una brisa cuando le quito la pluma y camino hacia delante.
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