Lo mejor de viajar no es pasear por bellos lugares, sino saber que esos espacios, hasta entonces desconocidos, son el escenario de la vida de gente para la cual mi contexto geográfico, mi vida, mi casa, no son más que una posibilidad indefinida y lejana.
Atravesar la puerta y reconocernos, reconocernos más allá de todo contexto.
Comentarios
Publicar un comentario