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El pequeño escritor

Dentro de mi hay muchos hombres: el confiado y el humilde; el ateo, el guerrillero y el que sucumbe ante el peso de lo real; el soñador, el creyente y el inconformista; el independiente y el adicto a la alabanza; el afable, el calculador, el envejecido y el viejo; el adulto, el niño y el loco; el genio y el imitador; el blasfemo, el inconsciente, y éste último, el que en plena ambigüedad, entre el revés y el derecho, escribe, pues ha descubierto que todos esos hombres, y a la vez ninguno, son en realidad yo mismo; y sueña escribir una historia con sentido, una vida unificada más allá de sí mismo, en la que mujeres y hombres de todos los hombres y mujeres cenen juntos y bailen mirando al cielo.











Hasta aquí  lo que fue en el origen "El pequeño escritor". Ahora una reflexión que muestra algunas ideas de fondo:





"Todos esos hombres, y a la vez ninguno, son, en realidad, yo mismo."
Desde niños nos adaptamos a muchos ámbitos (familia, escuela, barrio, etc.), y en nuestras relaciones aprendemos a ser nosotros mismos. Pero, ¿cómo superar los muchos rostros que presentamos y alcanzar una respuesta certera a la pregunta por lo más auténtico de nosotros? ¿Es Manuel el niño que se porta bien en casa o el que no para en la escuela?

Es la pregunta por la "escisión" de la persona, pregunta que brota al contemplar la ambigüedad que todos nosotros manifestamos en nuestro actuar, en nuestros deseos y pensamientos.

Un primer paso es descubrir que todos esos "hombres y mujeres" somos nosotros. Todos esos rostros contienen algo nuestro. Pero no es suficiente. No somos puzzles.

En un segundo momento, una vez hemos descubierto que la ambigüedad de nuestras "múltiples caras" no nos dice del todo, tenemos la posibilidad de soltar y saltar. Soltar un poco todas esas imágenes creadas en el fuego lento de la niñez, y saltar confiados en que nuestra vida es más que todo eso. Es algo grande, algo bello. Nuestra vida, mi vida, tu vida, es más, mucho más. Aunque en ocasiones parezca un puzzle con piezas hace años perdidas. Aunque el peso de la culpa te achique. Aunque no creas en ti. Aunque no me creas. Aunque no creas.

"Una historia con sentido, una vida unificada más allá de sí mismo"
Nuestra vida adquiere todo su sentido en la relación. Nos conocemos al vernos, pero nos conocemos más al dejarnos ver, al vernos con mirada limpia desde los ojos de aquellos que nos quieren y se preocupan por nosotros.

"Cenar juntos, bailar mirando al cielo"
Ésto es compartir lo que tenemos; mirarnos con ojos limpios, como decía, para descubrir lo importante de nuestras vidas. Mirar hacia arriba es superar juntos la escisión primera, es confiar en la existencia de algo más, de alguien más que nos mira en lo que vivimos, y más allá de ello, para mostrarnos lo que en verdad somos. Cenar juntos y bailar mirando al cielo es, también, eucaristía.

"El que en plena ambigüedad escribe, pues ha descubierto; el que sueña"
En nuestro "polifacético actuar" aparece un ser especial, el hombre interior, el que se da cuenta. Es él quien descubre la escisión y el que, narrando, inicia el camino de superación. Es la conciencia de la persona que se halla fragmentada. Nace entonces en el pequeño hombre el deseo, la necesidad de vivir una vida con sentido, unificada. Y lo escribe. Y se escribe.

Nuestra vida es una historia. Nosotros somos historia. Y la historia, aunque imprevisible, va siempre más allá del caos, de la aleatoriedad. Escribir nuestra historia es ya leer nuestra vida. Descubrirnos. Ilusionarnos. Reorientarnos.

Esto no es fácil. Además, el "pequeño hombre escritor" es sólo uno de los pequeños hombres. El más importante de ellos, es cierto, pero no todavía "El Hombre", el de verdad, el que está oculto y nos deslumbra a veces desde los ojos de Otro.



Influencias: Albert Camus, Martin Buber, Emmanuel Lévinas, Mariano Sedano cmf, Serafín Béjar, J.L. Sánchez Nogales, Jesús, además de muchas personas que son también, mi historia. Tal vez tú, lector; o quizá tú, lectora.

PD: siento el relativo parón en las entradas, pero escribo cuando me viene. Si me obligara a hacerlo cada mes, el blog no duraría más de 15 días. Del mismo modo, no te sientas obligado a comentar. Siéntete libre. Gracias

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