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Mostrando entradas de 2011

Perspectiva vergonzante

Un mundo en crisis, advierte el telediario, un mundo enfermo, escribe el poeta, un mundo patas arriba, cita aquel, un mundo en guerra, anuncia el pacifista; Un mundo raro, menciona la canción, un mundo pecador, grita el profeta, un mundo desigual, recuerda la ONG, un mundo con recursos, protesta el ecologista. Y un falso psicólogo, por encima del bien y del mal, por encima del mundo y de todos, se atreve a afirmar: "Ponte guapo, mírate al espejo, sonríe. El mundo hoy es feliz."

Llueve en las calles

Llovía, y la lluvia fue la excusa para ponerme una bufanda en la cabeza sin temores ni vergüenzas. Llovía, y la lluvia me animó a tomar el camino más corto a casa: callejear por el barrio, atravesando calles transformadas por los años bajo el único amparo de la ley del libre albedrío. Llovía, y la lluvia hizo que tampoco me sorprendiesen los tapados rostros de un joven y un niño quienes, en la noche, bajo el agua, me preguntaban la hora. Llovía, y la lluvia y el miedo no les permitió descubrirse y tenderme la mano cuando quise saber sus nombres; ellos prefirieron seguir con su interrogatorio, pasando de la hora a la cartera, de la cartera al dinero. Llovía, mas no sólo llovía. Llueve. Llueve en la vida de estos chicos anónimos que, sin saberlo, hoy se entrenan para delincuentes. Nadie les ha enseñado aún que son grandes, que tienen un nombre. Llueve en la vida de sus familias, ¡llueve a cántaros!, y algo me dice que ni hoy, ni tampoco mañana, 20N, ningún pez gordo se

Las risas y las historias

Al abrir los ojos descubrí la presencia de una hormiga que caminaba junto a mis pies, muy cerca, muy pequeñita. Pensé moverla, obstaculizarla, jugar con ella, y hasta aplastarla siguiendo un bajo instinto. Mientras planeaba mi actuación, vi que ella se movía con libertad, de modo que, simplemente, contemplé con alegría, como contempla el creador a sus criaturas. Y, al mover un pie, vi una hormiga que había permanecido aprisionada, y supe que no sobreviviría, y lloré su vida como llora el creador la muerte de sus criaturas. Y vi también cómo otra hormiga se acercaba a su hermana maltrecha. Ambas, abrumadas por el misterio de la muerte, compartieron las últimas risas y las últimas historias. Qué horrible debe ser tener tanto poder como para aprisionar bajo los propios pies a sociedades enteras. Ojalá los hombres y mujeres, maltrechos, hermanos y abrumados ante los misterios, no olvidemos compartir, como las hormigas, las risas y las historias.

Soltar amarras

La Alhambra iluminada , J.Mª Alonso Hace dos años llegué a Granada. Dejaba atrás varias casas y muchas cosas, algunas de las cuales ya hacía un tiempo que había ido dejando. En estos dos años he ido recorriendo ese más largo camino: el que va de la cabeza al corazón. Porque aunque desde el inicio llamara a esta mi ciudad, mi casa, he necesitado mucho tiempo, y hasta una reforma, para sentir éste como mi hogar. Porque aunque dijera que lo que quedó atrás atrás quedó, no siempre he sabido soltar amarras. Porque, aún hoy, marco a menudo el 954 y miro a otro lugar al ver el mapa del tiempo el televisión. Porque, hasta hace pocos meses, me echaban de menos en otros lugares, pero no en mi barrio, en la Paz, en Granada. Porque se necesita tiempo para construir pasados nuevos, pasados que compartan lugares con los presentes. Porque el corazón se adapta a su ritmo, y las personas cambiamos despacito. Y ahora que comienzo a echar raíces, leo un lindo cuentito

Crónica de infortunios

Hace dos semanas la luz de la entrada del baño comenzó a parpadear. Es cierto que en un principio me alegró el recuerdo de esos focos cegadores de las discotecas pasadas. Bueno, sé que eso último es raro, pero hay algo normal en esta historia: también me acordé de Einstein con su teoría de la dualidad onda-partícula del haz de luz. Pero la tercera razón-recuerdo que yo esperaba nunca llegó, y consideré más oportuno tratar de mantener esa luz apagada hasta nueva orden. Tras muchos esfuerzos, el porcentaje de encendidos es ya inferior al 50%, lo cual hace que el baño deje de ser para mí una fuente de enfados constantes y se convierta de nuevo en un lugar relativamente apacible. De momento, no habrá nuevas ordenes en lo referente a la reposición lumínica. La semana pasada, el martes, fue mi oído el que sufrió gravemente al dispararse la alarma del ambulatorio. El incidente afectó a bastantes personas, las cuales reaccionaron con multitud de actuaciones: quejas, manos a los oídos, búsque

Desarraigo

Mi pueblo, mi patria, mi tierra... Mi pueblo a veces no me parece más que gente muy sola. Mi patria ha estado tan dividida que no sé en qué lado me quedé, si es que me quedé en alguno. Mi tierra es de cemento y deja salir, pero no entrar. Mis  raíces cruzan el charco. Y mi bobo corazón, no sabiendo dónde latir, lo hace con los sin pueblo, los sin patria, los sin tierra, exiliados, extranjeros, emigrantes, deportados. Mi pueblo, mi patria, mi tierra... La imagen es una muestra de la obra de Quely Scherman , bonaerense residente en Israel, cuya obra se refiere a las vivencias sociales.  http://fis.ucalgary.ca/ACH/Registro/Quely_Scherman/

Inadaptado

Creyéndome el dueño del mundo, agarro una pluma que alguien me regaló inscribiendo en ella el nombre que al nacer me pusieron. Me siento en una silla que no podría fabricar, en una habitación que no sabría construir, y me pongo a escribir en un papel salido de un árbol que no planté, un papel que pondré en el contenedor de reciclado, desligándome de su proceso posterior. Y me llaman a un móvil que no sé por qué suena y, al avanzar en las palabras, me voy sintiendo menos dueño, más vulnerable. Y me desconcierta la idea de que los hombres y mujeres más cercanos al mundo, los más capaces de vivir en él, son precisamente los desheredados de todo, los que sobreviven dificilmente, los jodidos. Entonces, avergonzado, enciendo el ordenador y me declaro enfermo de palabrería y culpable de muchas cosas.

Un beso singular. La heladería

Lucas Ramírez se llamaba el tipo, y hablaba con una bella rubia. Lástima que no le pude sacar el nombre, pero Lucas no le dejó espacio. Su rostro frente al mío, en la mesa de al lado, era frío; sus palabras extranjerismos y sus construcciones verbales en 1ª del singular: yo, yo, yo. Su plural era un singular con matices, un yo engrandecido por la fuerza de un grupo. El galán de la heladería era madrileño, le delataba su acento. La chica, sin embargo, no tuvo acento en toda la noche. Cuando se despidieron, la chica le besó, pensando posiblemente no verlo más. Lucas Ramírez, en cambio, parecía besarse a sí mismo cuando la besaba. Célebre imagen de Joel-Peter Witkin:  "Le baisier"  (El beso), Nuevo México, 1982, Imagen de un cráneo partido a la mitad y colocado de manera que se besa a si mismo. La primera imagen prestada, por decir algo, por S.J.W. Grogan. www.blueponymesa.com/range_art

La noche

Desde que crecí en años y autonomía, que no digo libertad, nos hicimos amigos. Nuestros primeros encuentros fueron fortuitos, es cierto. Yo dejaba el estudio para el final, y siempre acabábamos encontrándonos. Recuerdo más de una ocasión en que nos despedimos, sin haber dormido, justo cuando el sol, invisible pero cercano, lanzaba sus primeros rayos. Hemos vivido tanto. Cada día, desde aquella época, al amanecer me siento desorientado. Yo no la encuentro y ella no me deja buscarla. Debo confiar en que aparecerá, igual que un niño confía en que, llegado el tiempo, su madre volverá y lo sacará de la escuela. Igual que un anciano quien, encerrado en el claustro de una cama con barandas, tras preguntar cada noche si alguien le despertará al día siguiente, espera. Duerme y espera. Aun no viéndola, ella está. Me acompaña en silencio durante la jornada, discreta, sigilosa, humilde. Y llegado el momento, es también ella quien roba la luz al día para, lejos de apagar, transformarla en antor

Un mundo plano

Arquímedes de Siracusa, exhibicionista, pero sabio, dijo, según un testigo: 'dadme un apoyo y muevo el mundo.' ¿Pero cómo mover sin partir, si es el Sur el apoyo, y tan sólo sube el Norte? Yo prefiero un mundo plano aunque perdamos la brújula.

El tiempo es nuestro

Me gusta decir 'el tiempo es mío' cuando el tiempo corre sin dar tiempo, disfruto proclamando 'el tiempo es nuestro' si llego tarde, sin tiempo ni excusas. Me gusta creer que poseo el tiempo pero sólo consigo hacerlo erróneamente Y equivocado, disfruto repitiendo '¡El tiempo es mío! ¡El tiempo es nuestro!' Me temo amiga, que el tiempo sólo será tuyo, mío, nuestro, cuando nos sepamos vividores de un tiempo que nos supera. Me temo amiga, que el tiempo sólo es tuyo, mío, nuestro, cuando nos vivimos sabedores de nuestra finitud en el tiempo. El tiempo es y será nuestro cuando en un presente continuado nos invada, profunda, la certeza de ser nosotros del tiempo . Dedicado a mis profesores de filosofía y de matemáticas, pensadores frecuentes. Algún día tantas palabras servirán para algo. Dedicado también a tantos como han padecido mis múltiples retrasos. Puedo pediros perdón, pero no me arriesgo a deciros que no volverá a suceder. Y perdón por el toque pant

Graduación, Nostalgia, Heridas y Buenos deseos.

La nostalgia es fuente de creación. La posibilidad de un presente distinto hace que nos planteemos qué hacemos con el que tenemos. Estas dos ideas surgieron en eso que tengo encima de los hombros y mi hermano solía denominar "cabezón". Estas dos ideas hacen que, pasadas las doce de la noche, olvide los tres exámenes a medio llevar que tengo muy muy pronto. Estas dos ideas me invitan a tomar boli y papel, y a ponerme en orden. Estas dos ideas brotan de un saludo. Marilú, ex compañera de la facultad (y amiga si Facebook no se equivoca), me decía que ayer, 25 de junio, se graduó la que durante dos cursos fue mi promoción en Matemáticas. Me comentaba que yo formé parte del clásico repaso de recuerdos propio de esas ocasiones, ese anecdotario cómico e informativo para los que aún están, pero de algún modo sangrante para los que nos fuimos. Sentía al leer, lo reconozco, más pena que alegría. Pena porque fueron dos años bonitos. Pena por lo que quedó atrás. Pena porque, de

Novedad en medio de los años

He pasado vivo ya unos años, aunque no se si es mucho lo aprendido. He visto ancianos perder la cabeza, y me he planteado cómo será mi rostro. He escuchado a locos dialogar, y he tenido envidia por su falta de reservas, máscaras y escudos. He notado cómo contaban secretos, y me ha dolido quedar al margen. Me han mostrado su común desacuerdo, y éste me ha intimidado. Un pobre extranjero me ha mirado a los ojos, me ha preguntado dónde he nacido, y me he avergonzado. Me han llamado sensato y he deseado soltar esa carga. Me he sentido libre al dar un paso más allá de los límites impuestos, y he aceptado encontrarme con barreras que nadie me imponía, pero que estaban. He querido ganar, y he perdido. Si he ganado, he descubierto que no era para tanto. He gozado en soledad del éxito. He compartido el peso de la derrota. Cuando he poseído el número ganador, he quedado fuera de la partida. Me lo he jugado todo a una carta y, al perder, Otro me ha dado nuevas fichas. He

Frases boomerang

Es bonito donar sangre. Acudí el 27 de mayo al Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Granada. Saludé al recepcionista y a un simpático enfermero cincuentón. Una vez tomado asiento, nos contamos la vida desde el principio, como siempre. De momento el olvido es mi aliado, el que transforma mis presentes repetidos en presentes renovados. Temo que algún día me falle y recuerde su rostro pero, si algo así me sucede, haré como esos abuelos que fingen estar mal de la memoria, sea para contar una vez más aquellas historias que les hicieron vibrar, sea para escuchar los éxitos de sus nietos en la escuela. Volvamos a la sala, donde una mujer también con bata blanca participaba como oyente en la conversación. ¿Mucha gente? Sevilla. 2 años. Teología. Misionero. No, Claretiano. Misionero Claretiano. Ahí, frente a la Guardia Civil. ¿Ah, sí? Qué pequeño es el mundo.  La Iglesia. El 15 M. Uruguay. San Sebastián. Bildu. Después de muchas preguntas y respuestas le soltaba yo una cursilada bie

Limpiadores de ventanas

Actualmente, mi madre mira con cierta nostalgia la habitación que dejé. En otros tiempos, no tan lejanos, me increpaba por el desorden que en ella imperaba. Yo, despreocupado, me acogía a mi propia legislación, alegando que allí reinaba un "caos creativo". Pero toda ley debe establecer unos límites, y mi auto legislación no podía ser menos. Dos de ellos, referidos a la potestad de limpiar y arreglar bienes-inmuebles, son los siguientes: "cuando lo que existe al otro lado de tu ventana aparezca a tus ojos en blanco y negro, ha llegado el momento de limpiarlo", "cuando la puerta del armario lleve 9 meses sin cerrarse por rotura, ha llegado el momento de arreglarlo" (Art. III y IV de la ley Nº 423/7 "Ley particular del procedimiento caótico auto legislado en espacios privados") De modo que me armé de valor, limpiacristales, trapo y periódico, y comencé la batalla. La alegría cromática, el renacer de lo otro, la paz encontrada con un sencillo esf

Soy Utopía. ¿Y tú?

- Soy Utopía. ¿Y tú? -Martín. Tengo la sensación de haberte visto antes. Espera... ¡¡Utopía!! -¡¡Martín!! -¡Pero qué sorpresa! ¡No nos vemos desde que éramos jóvenes y soñadores! Te veo igual, no has cambiado nada. ¿Cómo estás? -Bueno, jodida... Por un tiempo pensé tener muchos amigos, pero casi todos me dieron de lado. -Pero, no todos... -Tienes razón, los amigos de verdad han permanecido. Cuando ya nadie parecía confiar en mí, al torcerse todas las cosas, ellos continuaron a mi lado. -Siento haberte fallado tantas veces... -No te preocupes, mi casa siempre está abierta para ti. -Sigues viviendo allí? -Claro. Me gusta ese sitio, el alto horizonte. El lugar donde cielo y tierra hacen las paces, el punto en que todos podéis uniros, aun siendo muy distintos. -Ya me enteré de la noticia. -Lo de la boda de Clara, claro. -¡No! ¡Lo de tu eterna juventud! ¿Cómo es eso de ser inmortal? -Pues no lo he pensado mucho. Espero tener tiempo más adelante. Creo, en todo caso, que es difícil. Como e

Humanología Veterinaria. Hospitales y 15M.

Quiero comenzar compartiendo una gran alegría!! He sacado la plaza para estudiar en la facultad de Humanología Sociológica. Como te expliqué en otra ocasión, la propuesta que envié a la Universidad Perruna era la siguiente: "¡Sobre esto irá mi trabajo! Preguntaré a las personas qué es aquello que les enfada, y ellas me dirán quienes son. Les pediré que me enseñen qué les indigna, y les diré por qué son capaces de luchar. Les diré que piensen sobre las causas de sus enfados, y descubrirán que no se conocen. Y A TI, ¿QUÉ TE INDIGNA?" El caso es que les pareció original pero insuficiente. Me dieron un plazo para recabar más información, y con los acontecimientos que se han ido precipitando desde el 15M no me ha sido difícil. Sólo tuve que asistir a una manifestación y a una acampada callejera e informarme un poco. Entonces aporté algunos datos más: las personas se indignan porque aún queda algo de sangre en sus venas, se indignan porque es humano indignarse, se indignan p

Atrancasibarranquismo Postmoderno en sólo seis palabras

Voy a ser claro aunque poco. No mezclaré unas frases con otras. Las oraciones con seis palabras bastarán. En primer lugar, la buena noticia. He comenzado un proceso de desintoxicación. El ritmo del vivir me dominaba. Padezco una enfermedad nueva, atrancasybarranquismo postmoderno. Significa ser arrastrado por mil cosas. Supone perder el control al actuar. Puede desembocar en vidas mal vividas. Cada vez la sufre más gente. Hacía tiempo que lo venía notando. He dicho, de hoy no pasa. He dejado mis listas de tareas. Me he distanciado de lo inútil. He pasado un tiempo en silencio. Entonces el camino volvió a abrirse. Lo importante pasó a primer plano. Tomé impulso y retomé mi pasado. Acerqué todos mis ideales al suelo. Acepté todas mis grandes palabras vacías. Y reconocí haber sido siempre semiidiota. Poco a poco recobraba mi espacio. Recuperé a mi compañera de siempre. La conciencia me ilumina de nuevo. Me hace  ver claras mis contradicciones. Mis juicios: tú sí, tú no. Mis enfados: será

Miradas para todos los públicos

El problema de las respuestas rotundas, de los argumentos completos y de las conclusiones definitivas, es que acaban con la frescura de las preguntas, y son las preguntas las que nos abren a la vida verdadera. Hace dos o tres años, en algún lugar de Andalucía (probablemente en la feria de Villanueva de Córdoba, pueblo de mi familia materna), una pregunta se me apareció de repente. El contexto de este nacimiento intelectual fue la clásica escena de un bebé rodeado de personas mayores, todas ellas emocionadas hasta el punto de estar dispuestas a hacer cualquier gansada sin sentir vergüenza. Tal vez el alcohol asistente afectaba, pero era la presencia silenciosa del niño la única capaz de transformar la realidad que le rodeaba, y de una forma tan compleja como complejas son las ecuaciones de Einstein sobre la curvatura del espacio-tiempo producidas por un planeta en su entorno. Este bebé (y tantos otros) producen en su microcosmos social una alteración mucho mayor de la que produce un

Humanología sociológica. Yo sólo soy un perro.

A menudo disfruto observando al ser humano. Creo que si existieran perros sociólogos humanólogos (o si pudieran hablar en caso de que ya existan) harían multitud de preguntas... ¿por qué vais siempre tan rápido? ¿por qué os habéis olvidado de oler? ¿por qué hacéis las cosas de forma tan complicada? ¿por qué no intentáis, aunque sea a ladridos, solucionar vuestros conflictos? ¿por qué la tierra no es de quien marca su territorio sino de quien posee un papel firmado? ¿por qué no miráis el cielo sino el reloj? ¿por qué vais a la playa siempre los mismos 2 días de cada 7? Pues bien, me estoy preparando para la prueba de acceso en la universidad perruna. Quiero sacar plaza en Humanología Sociológica, precisamente. Hay mucha competencia, pero trataré de esforzarme. Me piden un trabajo de investigación, y esta mañana he descubierto cuál será el tema que elegiré. ¿Que cómo lo he descubierto? De nuevo la curiosidad me jugó una mala pasada. Saqué un café de la máquina expendedora de

Mi abuelo y yo. Dos seres no tan distintos

Mi abuelo no es "mi abuelo". Mi abuelo es "Quique". Se empeñó desde que éramos niños en que le llamáramos así: "¡nada de abuelo! ¡Quique!". Y creo que le hice caso por tres razones: -Porque era más facil de pronunciar. -Porque se lo debía: él me llevaba al parque los domingos y es quien me enseñó a leer cuando aún no iba a pre-escolar. -Porque es vasco y vivió en Uruguay, y cuando a un vasco-uruguayo se le mete algo en la cabeza... ¡¡más vale que le hagas caso!! El hecho es que hace dos semanas estuve en Sevilla con tareas en el colegio y en la parroquia (antes de que un casi-cura claretiano se hiciera cura claretiano), y pasé a ver a mis abuelos y a mi tío. Quique estuvo enseñándome uno de los volúmenes de Medicina que ha ido reuniendo en estos últimos años. Ante lo asombroso y lo cómico de la situación, le dije: "Quique, tienes tanta curiosidad, que seguro que cuando mueras vas a hacerte la autopsia a ti mismo." Nos reímos y, tras

A PROPÓSITO DE E-MILIO: Justicia y venganza. Liberación y miedo.

El pasado miércoles, un correo electrónico asomó en mi bandeja de entrada. La primera sensación fue de sorpresa. La amiga que lo enviaba no suele escribirme, y el asunto era el siguiente:  "FW: Difundamos esta foto. Hoy "SÍ" te pido que hagamos una cadena. Gracias!!! ..." De modo que lo abrí. Apareció una gran foto de un chico que, según narra el artículo, asesinó de forma brutal hace varios años a una chica y que, parece ser, se encuentra ahora en libertad. La sorpresa inicial fue haciéndose mayor por varias razones, de modo que al terminar de leer la última frase ("gracias por no romper la cadena") me quedé pensando. Finalmente, en vez de reenviar el correo a mis contactos, pensé primero responder a quien me escribió a mí. Os dejo a continuación una síntesis-reducción-elaboración de mi respuesta por si de algo os sirve. [Aunque no os pongo el correo que recibí y algunas frases de la respuesta son tomadas de él, creo que se entenderá en líneas general