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UN MAR CUADRADO (In memoriam, KIKO GAO)



Me mintieron de niño, me engañaron
como engaña un muchacho al abuelo despistado.

¡Que no sabe el agua! ¡Que no huele!
¡Que no es azul el mar! ¡Que el mar no habla!

Me mintieron de niño, me engañaron
como engaña un sabio a quien apenas ha vivido.

¡Pregúntale al marinero,
al loco o al poeta!
Él te contará la verdad,
te dirá lo que es el agua
y sabrás que te mintieron.
 

Me mintieron de niño, me engañaron,
y lo mismo hicieron contigo.

Siéntate aquí, al borde de este agua
que sabe sin ser salada.
Ven a la orilla de este mar cuadrado
de baldosas y bordillos.
Siéntate a mi lado
y verás al infinito abrirse paso
bajo una marca roja de pintura,
señal que advierte a los bañistas el peligro
y anuncia a los creyentes el milagro.

Me mintieron de niño, me engañaron,
sin saber siquiera que lo hacían.
 

¡Que no sabe el agua! ¡Que no huele!
¡Que no es azul el mar! ¡Que el mar no habla!

Cómo les voy a creer, si me mintieron;
cómo escuchar su verdad, si ella es mentira.
Cómo voy a callar tu sangre y tu pintura,
cómo ocultar la luz de esta piscina,
o matar con vinagre y con olvido
el gusto de tu amor y de tu vida.

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