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Tiempo de exámenes



Dos veces al año se detienen las clases para la realización de los exámenes. Se lamentan los estudiantes ante tal irrupción repentina. Lo hacen también sus hermanos pequeños, quienes tendrán que jugar solos. Protesta el trabajador por la buena vida del maestro. Replica el docente cansado de correcciones, malas letras y reuniones. La doctora dobla turno ante el auge de ansiedades. Y la máquina de café, vieja y cansada, espera su aniversario con el dolor de una pregunta sin respuesta: ¿cuándo me jubilarán?

Entonces, olvidados, los pobres apuntes, libros, pdf´s y papeles, a menudo amontonados, siempre odiados y enemigos, gritan desgarrados al cielo. Tienen mucho que decir. Les dejan decir muy poco.



Por cierto, mucho ánimo a los "cerrados por exámenes",
¡¡y no olvidéis las tres R´s!! (Reducir, Reutilizar, Reciclar).

Comentarios

  1. En casa aun los que no hacemos exámenes, parece que estamos en ellos. ¡Menudo mundo!
    Saludos

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Es loco el viejo

Es loco el viejo barbudo... De un tiempo a esta parte se volvió tan franco y libre que no tiene problema en llevarse con frecuencia a sí mismo la contraria, sin dejar por ello de pensar como piensa ni de hablar lo que dice, incluso aunque a veces, prefiriendo no pensar, simplemente calle. Yo quiero de mayor ser como él, viejo, barbudo, libre y loco. Y si no llego a mayor ni me curo de lampiño, me conformo con libre y loco, que cuerdos ya los hay muchos, y no existen locos presos. Los viejos con los años se liberan de todo... ...los libres parecen locos... ...y los locos, aunque mueran, jamás envejecen. ¿Cómo no desear la libertad de cumplir años? ¿Cómo huir de la locura del evangelio?

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