Pensar pienso mucho y muchas veces. No pienses tanto -me dicen- y es que casi siempre voy pensando. Escribir, en cambio, escribo poco; poco pero de a una. Porque escribir no es algo que se hace, escribir es hablar hacia fuera con la entraña, y nadie habla dos veces, y nadie borra con goma el aire ni las palabras que, una vez escritas, al viento pertenecen. Escribir no es pensar. Escribir es otra cosa.
Nutrición, relación, fin de curso. Nutrición, relación, fin de curso. Nutrición, relación, fin de curso. Año tras año, el mismo maldito orden en el temario de Biología y Geología. El destino -por no culpar a nadie- que mantenía a los alumnos a la espera de llegar por fin al tema tabú, el que despertaba las reveladoras sonrisas, el sexo. Bueno, sí, oficialmente "reproducción". Pero para todos, el sexo. Tantas cosas han cambiado. Las escuelas se llenan de letras que se explican con más normalidad cada vez. La L. La G. La T. La B. La I. Y hasta la A y la Q en ocasiones. ¡Lo que saben los niños de hoy en día! Todo cambia, y es necesario que seamos nosotros los que cambiemos. Si no, lo harán otros. Y una manera de cambiar es vencer los tabús, las risillas tontas que insinúan curiosidades no resueltas, miedos escondidos y culpas estancadas. Yo ya he empezado. El otro día, sin ir más lejos, en una conversación con adultos, usé la palabra de moda: "sa...
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